¡NO HAY DE QUÉ PREOCUPERSE! ¿O SÍ?
Por: Ariadna Lira
Cuando se es padre o madre por primera vez, cada cambio en los bebés es cosa de otro mundo: la odisea de hacerlos eructar después de comer, los repentinos llantos por cólicos, hambre, incomodidad al estar mojados.
Las continuas preguntas como: ¿Es normal que regurgite? ¿Por qué duerme tanto? ¿Esas ronchitas son naturales? ¿Por qué se le reseca tanto la piel? Se vuelven angustiosas dudas, por las que muchas veces los padres corren al pediatra en busca de respuestas; eso mismo le pasó a María.
Un día notó que la pequeña Larisa lloraba mucho, se metía la mano a la boca con desesperación y mordía con ansiedad algunos objetos que encontraba a su alcance; muy afligida, se percató de que las encías de la bebé estaban enrojecidas e inflamadas, así que fue de prisa con el médico, quien le explicó que la menor estaba tan incómoda porque pronto brotarían sus dientes.
Algo desesperada, María preguntó si acaso era normal que su hija, siendo tan pequeña –de cuatro meses–, ya tuviera dientes, a lo que el doctor además de exponerle un poco sobre esa etapa, le recomendó a la joven madre, acudir con un odontólogo, para que éste le definiera detalle a detalle el proceso, además de revisar profundamente a la niña.
La especialista explica…
Leticia Campos, dentista de la Clínica Odontológica Ajusco, indica que “la dentición de leche, dentición temporal o dentición primaria, es el primer grupo de dientes que brota en un periodo denominado ontogenia humana, que es similar al de otros mamíferos”.
“Dichas piezas se forman durante la gestación y es en la niñez, cuando se da la erupción dentaria, donde se hacen visibles las piezas que tras unos años, serán sustituidas por dientes permanentes. Como en todo mamífero, el humano sufre una hemifiodoncia, es decir, reemplazo de dientes incisivos, caninos y premolares”.
Sintomatología:
Es natural que el proceso de dentición sea sintomático y en la mayoría de los casos, ligeramente molesto.
La dentista, expone que “debemos reconocer algunos síntomas, como el hecho de que los bebés se metan dedos y puños a la boca, mordiendo y presionando las encías; o tengan irritabilidad, disminución del apetito o sueño.”
“Otros más, son la salivación excesiva, característica de la primera dentición; así como enrojecimiento e inflamación de las encías”.
Cronología aproximada
La primera dentición, suele iniciar cerca de los 6 meses de edad y subsecuentemente, van brotando piezas hasta aproximadamente 30 meses; aunque hay bebés que inician a los tres o cuatro –como el caso de Larisa– o por el contrario, se retrasan hasta más de 12.
“Si la dentición de tu bebé es prematura, la primer pieza, suele ser una de las de abajo; si la aparición es tardía, suele tardar un año o más. He tenido algunos casos en los que el bebé, nace con uno o dos dientes.”
Según Leticia Campos, el promedio de la aparición dentaria es el siguiente:
- Incisivos centrales inferiores: entre 6 y 7 meses
- Incisivos centrales superiores: 7 meses
- Incisivos laterales superiores: 8 meses
- Incisivos laterales inferiores: 7 a 8 meses
- Caninos inferiores y superiores:16 a 20 meses
- Primeros molares inferiores y superiores: 12 a 16 meses
- Segundos molares inferiores y superiores: 21 a 30 meses
Para el alivio
La entrevistada indica que estos síntomas molestos, no se pueden evitar, pero sí se puede ayudar a controlar con diversas medidas, como el uso de los tradicionales mordedores, que son juguetes con un líquido dentro, que suelen meterse al refrigerador. Esa sensación les trae a los pequeños un poco de calma, aunque hay que mantenerlos muy limpios, lavándolos constantemente.
“Si el bebé ya come alimentos sólidos, es bueno que consuma insumos fríos, como puré de manzana, yogurt; o una galleta especial para la dentición, sirve mucho.”, eso sí, no debemos dejar de vigilarlo, para evitar que se atragante.
“En lo personal, no recomiendo para estos casos usar habitualmente analgésicos o antinflamatorios, a menos que el bebé se encuentre muy afectado por los síntomas. Además, se debe tener mucha precaución con la higiene, vigilar que el pequeño tenga siempre manos limpias, mordedoras desinfectadas, para evitar infecciones estomacales, pues éstas empeorarían el cuadro de por sí difícil para el paciente.”
La doctora señala que no hay que confundirse, pues la Academia Estadounidense de Pediatría, dice que “la fiebre y la diarrea no son síntomas normales de la dentición”. Recomienda que además de los cuidados, demos al bebé mucho afecto y cariños, para reforzar su seguridad.