Un estudio reciente de la Universidad de Waterloo asegura que de esta forma ayudamos a que las palabras se queden grabadas mejor en nuestra memoria a largo plazo. El estudio indica que quienes leen en voz alta ayudan a que su cerebro asimile mejor la información que está estudiando.
Conocido como “efecto de producción”, la investigación indica que la doble acción de hablar y escucharse al mismo tiempo tiene un impacto más que beneficioso sobre nuestra memoria:
“Cuando añadimos un elemento activo o de producción a nuestras palabras, estas palabras se diferencian mejor dentro de nuestra memoria a largo plazo, y por lo tanto, podemos recordarlas mucho mejor”, apunta Noah Forrin, coautor del estudio.
La investigación se centró en 4 métodos de aprendizaje de textos escritos, los cuales incluían: leer en silencio, escuchar a alguien leer, escuchar una grabación propia leyendo y leer en voz alta. Se hicieron pruebas con 95 personas y fue esta última prueba la que mostró mejores resultados a la hora de recordar lo leído (al menos un 77% de los estudiantes conseguían recordar lo aprendido de esta forma mejor que con los otros métodos). Este estudio demuestra, por lo tanto, que el ejercicio diario y el movimiento es una forma de construir una memoria fuerte.
Este trabajo complementa a otros estudios realizados por este mismo equipo en el que valoraron otro tipo de actividades para ayudar a retener información en la memoria como, por ejemplo, escribir a mano o a máquina palabras o textos.