Los hisopos lucen como unos inofensivos bastoncillos de algodón, sin embargo, su uso puede ocasionar graves daños al oído. Conoce cómo evitarlos y mantener una buena higiene personal. Después de bañarse es común limpiar las orejas con cotonetes, así se logra retirar la suciedad y restos de jabón. Pero ahora cada vez más expertos están advirtiendo sobre los daños que puede generar su excesivo uso. Daños que los hisopos pueden causar a los oídos
Cuando se introduce un hisopo al canal auditivo se aumenta las probabilidades de perforar la membrana del tímpano. Además se empuja el cerumen hacia el interior del oído y con la presión se hará compacto, esto genera infecciones y dificultad para escuchar.
En algunos casos el tímpano se regenera sólo en un par de meses, pero en ocasiones puede necesitar cirugía.
La realidad es que la cera, mejor conocida como cerumen, es una capa que ayuda a proteger a los oídos de los diversos tipos de gérmenes. Además que les permiten estar limpios y cuidan la piel.
“Si alguien utiliza estos objetos de manera regular, estará removiendo la cera de sus canales auditivos y dejándolos desprotegidos. Esto es muy probable que pase aunque se haga de manera muy suave, la capa es muy delicada”, explicó Erick Voigt, profesor del Departamento de Otorrinolaringología de la Universidad de Nueva York.
Un estudio llevado a cabo por la Nationwide Children’s Hospital en Estados Unidos, reveló que entre unos 12,500 personas menores de 18 años acuden anualmente a los hospitales de emergencia por heridas en el oído, siendo los hisopos los principales responsables.
La mayoría de los casos (el 99%) no necesitaron quedarse internados, pero aquellos pacientes más graves llegaron a tener problemas que duran más tiempo en curarse. Algunas de ellas fueron: daños en el tímpano, problemas con el equilibrio, pérdida auditiva irreversible y deterioro en los huesos de la audición.
Cuando usas un hisopo, en realidad estás dañando la piel de tu canal auditivo, haciéndolo vulnerable al shampú, el jabón, el agua, etc. Además, todos tenemos bacterias en la piel, y cualquier herida pequeña podría terminar en una infección”, advirtió Ana Kim, directora del centro de investigación de otología en el Centro Médico de la Universidad Médica de Columbia, en Estados Unidos,
Los oídos se limpian solos sin ayuda externa
Lo que pocas personas saben es que los oídos se limpian solos, esto ocurre con los movimientos de la mandíbula y con el nacimiento de la nueva piel. Estos dos factores permiten que la cera vieja sea empujada hacia fuera, cayendo generalmente cuando se da un baño.
Para limpiar correctamente los oídos se debe hacer en la parte externa, es decir, al nivel del pabellón auricular. Esto se debe hacer con una toalla o un poco de algodón, pero nunca se debe introducir un hisopo al conducto auditivo.
Si se desea limpiar los oídos completamente se debe acudir a un especialista cada seis meses, este retirará el exceso de cera y los tapones de cerumen.