FEBRERO FUE EL MES DE LA SALUD DEL HOMBRE
Diversas instituciones de salud del país impulsaron la estrategia “Febrero: mes de la salud del hombre”, que promueve la cultura de la salud y la prevención entre los varones, que son, por lo general, más reticentes que las mujeres en aspectos del cuidado de su salud.
Las frases clave de la campaña son: “soy hombre y me cuido”; “no soy superhéroe y me enfermo”. Con independencia de lo machista de los mensajes, se trata de una estrategia que busca impulsar la prevención del cáncer de próstata (CP) que, al día, cobra la vida a 17 hombres en México, según cifras del ISSSTE y del Instituto Nacional de Cancerología; así como de las enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes y la hipertensión. También se busca detectar a tiempo el cáncer de testículo, uno de los principales padecimientos entre la población masculina en el rango de los 15-40 años de edad.
El CP es una enfermedad que si se detecta en etapas tempranas tiene 90% de probabilidades de curación y de 100% si no se ha extendido. Este tipo de cáncer se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer sin control. La próstata es una glándula que produce parte del líquido que conforma el semen. La próstata se encuentra debajo de la vejiga y delante del recto. El tamaño de la próstata cambia con la edad. En los hombres más jóvenes es del tamaño aproximado de una nuez. Sin embargo, puede ser mucho más grande en los hombres de mayor edad. Cabe mencionar que casi todos los cánceres de próstata crecen lentamente.
De acuerdo con cifras oficiales, en México más de 65% de todos los cánceres de próstata se diagnostican en hombres de más de 65 años. Es la causa más frecuente de mortalidad por tumores malignos, con un 16% de incidencia en nuestro país. Para un correcto diagnóstico, el médico debe realizar una exploración clínica y posteriormente solicitar un estudio llamado Antígeno Prostático Específico, que es una prueba de laboratorio que se realiza con una muestra de sangre. Los factores de riesgo en el paciente son antecedentes de cáncer de próstata en familiares cercanos y tener 50 años o más. La edad promedio en la que se diagnostica es de 67 años.
De acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública, cuyo objetivo principal fue identificar los cambios importantes en las tendencias de mortalidad por CP durante las tres últimas décadas y buscar, a nivel poblacional, las posibles explicaciones a estos cambios en el periodo de estudio de 1980 a 2013, los investigadores encontraron que se presentaron 114 mil 616 hombres, con una edad promedio de 76.5, murieron a causa de este tumor maligno y el riesgo de muerte fue de 16 decesos por cada diez mil hombres mayores de 40 años. Es de llamar la atención que se observó que durante los últimos 13 años la mortalidad por CP registró un crecimiento anual sostenido de dos por ciento.
Con base en los resultados, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora fueron los estados que presentaron las tasas de mortalidad más altas a lo largo de las tres décadas. Sin embargo, los estados que sufrieron los principales cambios en mortalidad fueron clasificados como de muy alta y alta marginación, a saber: Campeche, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Tabasco y Veracruz. Una explicación para este comportamiento puede ser el hecho de que un bajo nivel educativo, la poca accesibilidad geográfica a los centros de salud y una proporción mayor de población indígena puedan asociarse con factores culturales o creencias que obstaculicen la aceptación de la atención médica y por tanto el diagnóstico y el tratamiento del CP, especialmente en los hombres mayores de 65 años de edad.
Las instituciones de salud pública en México han puesto en práctica diversas actividades preventivas en el ámbito de la atención primaria de la salud, y cada vez son más los varones que acuden a una consulta médica de forma preventiva para evitar patologías y mejorar su calidad de vida. Los cambios en los estilos de vida y en la alimentación son clave. Se trata, pues, de elevar la conciencia de la importancia de vivir el presente en forma plena; intentar alimentarse mejor; dejar el consumo de tabaco y disminuir el consumo de alcohol; así como también ejercitarse y disminuir el estrés para alcanzar un nivel más saludable en los varones de entre 40 y 50 años de edad. También es de esperarse que los hombres con sobrepeso tengan un mayor riesgo de presentar muchas afectaciones graves como enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2, y ciertos cánceres.
En 2017, el ISSSTE logró casi 500 mil acciones de salud preventiva a favor de los hombres, 221% más que la producción ordinaria mensual. Se espera que este año la campaña alcance mayor cobertura. La esperanza de vida de los hombres, de acuerdo con cifras de 2016, es de 73 años, cinco años menos que para las mujeres en México. Debe ser del interés popular, una cultura de prevención y autocuidado de la salud en los hombres mexicanos.
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